miércoles, 4 de diciembre de 2013

"LESION MEDULAR" CONTINUACIÓN.

Continuación de la entrada anterior sobre LESION MEDULAR:

Otras complicaciones a tener en cuenta

Infecciones urinarias

Las infecciones de orina suelen son la causa más frecuente de fiebre en el lesionado medular. No obstante, conviene descartar las causas respiratorias o el excesivo calor ambiental por trastorno de la termo-regulación.

Se debe principalmente a la cantidad de sondajes intermitentes.

Consejos:

  • Lavarse bien las manos con antes de cada sondaje.
  • Lograr el mayor vaciado posible de la vejiga.
  • Mantener limpia la zona genital.
  • El jugo de arándano contiene cuatro ácidos (quínico, málico, hipúrico y cítrico) que previenen estas infecciones al impedir que las bacterias (especialmente la escherichia coli) se adhieran a las células epiteliales (células de la piel) del tracto urinario. Además, tomar jugo de arándano reduce el mal olor en la orina y el ardor al orinar.

Escaras y ulceras por decúbito

Son unas de las complicaciones graves y frecuentes que sufren los lesionados medulares.

La úlcera por presión (U.P.P.) es una lesión isquémica (por falta de sangre), producida por compresión de las redes arteriolares de los tejidos blandos cuando se encuentran comprimidos entre dos planos duros: superficie ósea y plano de apoyo sobre la cama o la silla.

La U.P.P. se produce en enfermedades en las que falta la sensibilidad y/o el movimiento (lesión medular, estados comatosos) y que además requieren inmovilidad prolongada.

¿Cómo se producen?

El principal factor que contribuye a su formación es la presión, pero sobre todo la duración y la dirección de esta presión.
Sin embargo, influyen además otros factores en la formación de las mismas

Relativos a las condiciones del paciente

  • Pérdida de sensibilidad que conlleva la desaparición de los reflejos de protección

  • Parálisis más o menos importante que dificulta o impide los cambios de posición.

  • Disminución de la resistencia de los tejidos por falta del control vasomotor, sobre todo en la fase de shock medular (al principio de la lesión) y también en las lesiones que permanecen fláccidas definitivamente, por producirse una deficiencia circulatoria.

  • Factores anatómicos: excesiva prominencia de algunos relieves óseos sumado a delgadez, faltando el almohadillado de los tejidos blandos (músculos y grasas) que protegen habitualmente los salientes óseos.

  • La edad: A mayor edad más riesgo de lesión.

  • Condiciones generales: anemia, desnutrición, trastornos metabólicos u otras enfermedades asociadas.

  • Estados depresivos que propician el abandono de los cuidados higiénicos posturales.

  • Deformidades y limitaciones articulares.

Ajenos al paciente actuando desde el exterior

  • Fricción: las espasticidad puede provocar un roce frecuente cizallante: los talones son un habitual ejemplo.

  • Maceración: cuando existe incontinencia de esfínteres, la piel humedecida por la orina y expuesta al frío, recibiendo presión de forma mantenida, se favorece la aparición de las lesiones.

  • Materiales inadecuados en los planos de apoyo, tanto sobre la cama, como sobre la silla de ruedas. También inmovilizaciones con yesos no protegidos.

Localización

Existen distintos puntos de localización de las úlceras de acuerdo a  los puntos de apoyo en las diferentes posiciones:
Lesion
Consejos:

  • Cambiar de posición en la cama

  • Hacer push-up regulares cuando se esta sentado sobre una superficie dura

  • Utilizar un buen almohadón antiescaras (de aire preferiblemente)

  • Utilizar un espejo para visualizar las zonas posteriores del cuerpo que no permiten la visión directa.

  • Evitar el adelgazamiento excesivo que dejaría a los salientes óseos sin protección.

  • Realizar una higiene adecuada de la piel: limpieza y secado correcto y aplicación de alguna crema que mantenga un buen estado de hidratación.

  • No usar zapatos muy apretados

Quemaduras

Las quemaduras, al igual que las úlceras por presión, son una complicación causada por la falta de sensibilidad y que se producen con suma frecuencia en la persona con lesión medular.

Las zonas situadas por debajo del nivel lesional no perciben la excesiva temperatura de un foco de calor próximo de modo que, al menor descuido, con escaso tiempo de exposición, se pueden producir quemaduras de 1º, 2º o 3er grado que afectan respectivamente la epidermis, la dermis y el tejido muscular.

Su tratamiento es lento y la cicatrización a veces problemática. Si son amplias, pueden comprometer el estado general y vital.

Prevención:

  • Evitar focos de calor directos: braseros, estufas, chimeneas, bolsas de agua caliente, exposición prolongada al sol. Utilizar un adecuado nivel de protector solar.
  • Comprobar la temperatura del agua de la bañera y de la ducha en las zonas corporales por encima de la lesión, en las que se conserva la sensibilidad, antes de aplicar el agua en las zonas por debajo de la lesión. Es aconsejable utilizar un termómetro para comprobar que el agua de la bañera está alrededor de 34ºC.

Osteoporosis

En las personas con lesión medular se observa una importante y rápida pérdida de hueso trabecular en relación con la inmovilización, la ausencia del normal mecanismo de carga (que es un estímulo fisiológico para la formación ósea) y a cambios neurovasculares debidos a una actividad anormal del sistema nervioso autónomo.

Se va a evidenciar una disminución en la actividad de formación ósea y un importante aumento de la degradación que conduce a una Osteoporosis con un hueso más frágil, más propenso a las fracturas. Esta pérdida ósea es mayor en los seis primeros meses tras la lesión y se estabiliza entre los 12-16 meses de evolución.

Las personas con lesión medular tienen un mayor riesgo de fracturas y una carencia de sensibilidad, por lo que un trauma mínimo puede ocasionarle una fractura indolora

Consejos:

  • No se confíe ante una moradura o deformidad de nueva aparición.

  • Evite en lo posible actividades de riesgo traumático, sobre todo sea cuidadoso  en las transferencias.

  • Si su lesión es reciente y mantiene su capacidad de bipedestación (estar de pie) o de marcha, practíquela con regularidad.

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